4 octubre, 2024

“Le insistí muchas veces que dejara ese trabajo”: esposa de vigilante asesinado en Lipaya

En medio de la impotencia y un incesante llanto, Joselyn Esquiaqui se refirió al homicidio de su marido, el guarda de seguridad Hernán Alberto Zúñiga Arnedo, ultimado a tiros por delincuentes la tarde de ayer en la calle 73D con carrera 10, barrio Lipaya, suroccidente de Barranquilla.

La mujer aseguró en diálogo con CÓDIGO ROJO que Hernán llevaba tres meses trabajando para Colviseg del Caribe y que había corrido muchos riesgos en los escasos tres meses que llevaba allí laborando.

“Recientemente le tocó trabajar de noche y ese día también lo abordaron unos ladrones y le quitaron la moto. Luego él sacó el arma que tenía y los tipos dejaron la moto tirada. Ese día le volví a insistir que dejara el trabajo. Yo no quería que se dedicara a eso, porque ese es una labor muy peligrosa. Pero no me prestó atención”, expresó la adolorida mujer.

Joselyn sintió que su esposo en la última conversación, al parecer, se despidió de ella, pues vía telefónica le expresó su amor incondicional.

“Hablamos dos veces y me dijo muchas palabras bonitas. Luego me llamó una tercera vez y yo no estaba en el momento. Cuando le devolví la llamada, ya tenía el celular apagado”, dijo apesadumbrada.

Joselyn informó que ambos se dedicaban a comprar mercancía en Barranquilla y venderla en Cartagena. “Nos iba bien de comerciantes, por eso no quería que trabajara de vigilante, pero él quería darle un mejor futuro a nuestros hijos”.

POR 50 MIL PESOS

La mujer del tercer guarda de seguridad ultimado inocentemente en menos de 15 días, reveló que Hernán trabajaba por 50 mil pesos diarios.

“En esa empresa no le pagaban ni la salud ni la ARL. No era un buen pago para todo el riesgo que le tocaba correr”, subrayó.

Por último, la mujer aclaró que hasta el momento no hay nadie capturado en la URI por el homicidio de Hernán y pidió que se haga justicia.

“Vinimos hasta la URI porque nos dijeron que un hombre había sido capturado. Pero no es así. Le pido a las autoridades que hagan pronto justicia, me arrancaron mi otra mitad”, finalizó entre lágrimas la madre de los dos hijos (de 5 y 11 años) que dejó Hernán.

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