4 octubre, 2024

Asesinos grabaron la tortura y el crimen a sangre fría de pareja en Los Almendros

La imagen que encabeza esta nota es una captura de video en el que se aprecia a Jair José Brochero Rosales y Liliana Lucía Espitia Jaramillo, siendo sometidos por uno de los asesinos, que sin miramiento decidió grabar cómo ultimaba a tiros y puñal a la pareja.

Este crimen ocurrió el pasado 11 de diciembre en el interior de un inmueble de dos plantas y cuatro apartamentos, ubicado en la carrera 14 con calle 78C, barrio Los Almendros, de Soledad.

En uno de los apartamentos del primer piso vivía la pareja en compañía de sus dos hijos de 2 y 4 años.

Aquella aciaga mañana la Policía reportó que los niños fueron los que salieron a la calle y dieron aviso a los trabajadores de una obra, que sus padres estaban muertos.

Además, el informe preliminar aseguraba que era tanta la sangre que había alrededor de sus cuerpos y en su ropa que no habían logrado precisar si habían sido ultimados con arma de fuego o arma blanca.

Pues, bien, justo una semana después de este doble homicidio, comenzaron a circular por redes sociales tres videos de 30, 12 y 26 segundos, en los que se observa cómo un par de sujetos con acento venezolano, uno de tez morena y otro de piel blanca, torturan verbal y psicológicamente a Jair y a Liliana, para luego asesinarlos a sangre fría.

Aquel fatídico sábado también dijeron algunos vecinos que a la 1:00 de la madrugada sintieron algunos ruidos, pero le restaron importancia porque pensaron que hacía parte de la fiesta que esta pareja tenía en su apartamento a puerta cerrada.

Y no era así. Adentro no había ninguna celebración, aunque hubiera empezado de ese modo: amenizado con vallenato y tomando cervezas.

Esa fue la trampa que le tendieron sus verdugos, quienes al parecer llegaron como invitados y cuando ya estaban explayados, a plena confianza, terminaron en la habitación matrimonial.

Se desconoce si en la alcoba era donde departían o si fueron trasladados de la sala hasta allí, para acribillarlos posteriormente y hacer el menor ruido posible.

Lo cierto es que en esas cuatro paredes blancas del cuarto de la pareja se grabaron los tres videos.

En el primero, que tarda 30 segundos, aparecen aún con vida Jair y Liliana, y uno de los criminales, que además parece ser el mismo que graba, se observa blandiendo un arma de fuego.

Liliana, atemorizada, está cargando a uno de sus hijos, mientras Jair con voz entrecortada le dice al sujeto: “primo, jo’a”, como tratando de implorar que recapacite y no cometa una locura.

El criminal le responde: “no hables, que voy a hablar contigo. Voy a hablar con ustedes dos. Hey, las llaves de la casa, las llaves de la casa. ¡Ábreme la casa!”.

La mujer nerviosa dice: “Yo no las tengo”. Mientras que Jair responde: “están allá (y señala como para la sala)”.

El asesino, exasperado, les grita: “No, ábreme la casa. Ábreme la casa. No te acerques, mama huevo, que te voy a partir la cara. No te acerques, maldito. ¡Las llaves de la casa! Ya va, que voy a hablar con ustedes dos, ya va”.

En el segundo video que tarda 12 segundos, se observa a la pareja sentada en la cabecera de la cama, con uno de los niños sentado en el medio; y el criminal encolerizado, esgrimiendo el arma de fuego, apuntándole a ella, le dice: “ustedes me echaron paja, ¿cierto?”.

Liliana responde que no, pero el sujeto sin cruzar palabras y sin hacer aspavientos le dispara en dos ocasiones en la cabeza.

Jair, al ver cómo el tipo fríamente le asesina a su mujer, le grita: “hey, hey”, y se le abalanza.

En ese instante, se presenta un forcejeo y antes de que finalice el segundo clip, se ve que el criminal también le dispara y acaba con la vida de Jair.

Luego está el video de 26 segundos, el más cruel y seguramente más doloroso para su familia.

En él se aprecia, ya muerto en el piso, boca abajo a Jair Brochero, y el criminal, que era el que grababa y llevaba puestas unas chancletas, lo toma por la cabeza y le jala el cabello.

En ese momento aparece otro sujeto de tenis blancos, quien le propina varias puñaladas en el cuello, mientras el primero en mención le grita: “por pajúo, mama huevo, sapo maldito, sapo…”.

Luego se dirige a ella, que está sentada en la cabecera de la cama, ya muerta y con su hijo al lado dormido. Primero le da bofetadas y luego le grita: “Tú eres una sapa”.

Finalmente, se dirige otra vez a donde yacía sin vida Jair y le grita pegándole en la espalda: “¡Este es mi malandreo, sapo!”.

Estos tres videos, por supuesto, ya están en poder de las autoridades, quienes los han recopilado como elemento material probatorio, para dar con la captura de los asesinos.

CÓDIGO ROJO se abstiene de publicar los videos por considerar que las imágenes son muy fuertes, hieren susceptibilidades y además involucran a un menor de edad.

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