Delincuentes vestidos de ingenieros, 8 motos, 20 tipos: detalles inéditos del asalto en Alameda

Un plan sistemático y milimétrico se orquestó para asaltar un carro de valores de la empresa Atlas, a las 8:50 de la mañana de este sábado 14 de octubre.

El punto escogido para el gran golpe: la supertienda Olímpica del complejo residencial, urbanístico y comercial Alameda del Río, ubicada en el noroccidente de Barranquilla.

El roster de bandidos: al menos 20 tipos, 16 de ellos en 8 motocicletas y 4, o más, ya ubicados en puntos estratégicos del sitio, como ‘moscas’ o ‘campanas’, para dar la señal de irrupción en el momento más oportuno.

Y así fue: justo cuando se disponían a surtir de dinero un cajero electrónico al interior de la Olímpica, entraron en acción los que, hasta ese momento, tenían unas ‘pintas’ de ingenieros civiles y habían pasado inadvertidos.

Pero estos no tenían planeado un diseño de infraestructura, su plan en marcha era arrebatarles el botín que había en las tulas a los vigilantes.

Sin embargo, estos “guardas” sí que le hacen honor a su nombre, porque protegieron con su vida el dinero y abrieron fuego contra los delincuentes, acabando con la vida de uno de ellos: Rafael Antonio Almanza García, quien curiosamente tenía detención domicilaria, pero seguía en las calles delinquiendo.

Tras su muerte, hubo algo que llamó la atención de autoridades y civiles: junto a su cadáver quedó una carabina semiautomática SUB-2000 calibre 9 milímetros, de fabricación estadounidense. Esta es un arma de mayor precisión en comparación con una pistola, muy poco vistas hasta ahora en escenas del crimen en Barranquilla y su área metropolitana.

A partir de ese momento se presentó un cruce de disparos hacia todas las direcciones, en el que resultaron baleados tres guardas de seguridad de Atlas: Miguel Antonio Cárdenas David, de 41 años, herido en ambas piernas; César Steven Murillo Zamora, de 25 años, registra un tiro en el pecho; y Gilbert Rafael Solano Mercado, de 38 años, herido en las piernas y la mano izquierda.

En medio del fuego cruzado, una mercaderista identificada como Julieth Paola Puerta Fuentes, de 25 años, recibió un tiro en el abdomen y continúa luchando por su vida en la Clínica Portoazul Auna.

Los demás heridos fueron identificados así: José Daniel Manotas Hurtado, de 27 años, herido en el hombro izquierdo y el antebrazo derecho; José Gregorio Cedeño Cabarcas, de 34 años, herido en la pierna izquierda; Luis Fernando Movilla Benavides, escolta de 31 años, con heridas en el abdomen y las piernas.

Pero, además, un vecino que compraba a esa hora en la Olímpica: Miguel Arturo Soto Ortiz, de 40 años, natural de Venezula, residente de uno de los conjuntos de Alameda del Río, quien registra un tiro en el pecho.

Y por último, Jesús Montes De Oca, un presunto delincuente que registra dos balazos en el brazo derecho y decidió arribar a la Clínica San Ignacio a solicitar atención médica. La Policía fue reportada de este hecho y, por ende, fue aprehendido en ese centro asistencial por los delitos de hurto y homicidio en grado de tentativa.

Cabe mencionar, que los criminales decidieron marcharse con las manos vacías, con uno de sus compinches abatidos, abordar las motos que los esperaban a las afueras y huir en todas las direcciones, tal como se aprecia en un video publicado por CÓDIGO ROJO.

Desde el mismo momento en que se registraron los hechos, se creó un equipo interinstitucional para dar con la captura de los hampones que participaron en este ataque criminal que conmocionó la ciudad.

Diligencias de control, registro y allanamiento, análisis de cámaras de seguridad y demás pesquisas adelantan las autoridades para lograr las capturas de los responsables de este suceso, a los que les pusieron precio individual de recompensa para dar más rápido con su paradero: 5 millones de pesos.