5 julio, 2024

Dos hipótesis maneja la Policía en el crimen de la médico Ani Arrieta Alfaro

El crimen de la médico auditora Ani Mariela Arrieta Alfaro ha causado gran estupor entre vecinos del barrio La Alboraya, compañeros de trabajo y amigos.

A esta profesional de 37 años no se le conocía problemas, siempre se veía concentrada en su trabajo y era una mujer seria, educada y humilde.

Así la describieron familiares y amigos con los que CÓDIGO ROJO pudo conversar para conocer más detalles de la vida de Ani Arrieta Alfaro.

Este medio logró establecer que Ani se graduó como médico en la Universidad Metropolitana y luego hizo una especialización en auditoría en salud en la Universidad del Rosario en Bogotá.

Desde hace 6 años laboraba en la parte administrativa del grupo Campbell, donde se desempeñaba como médico auditora.

Hace un año vivía con su pareja en unión libre, pero antes de que finalizara el 2021 había planes de matrimonio.

Precisamente por el lado sentimental vendría la primera hipótesis. De acuerdo con las pesquisas preliminares, su relación pasada no habría terminado de la mejor manera y habría allí un problema de celos.

La otra versión que manejan las autoridades policivas hasta ahora, obedece a un supuesto ascenso que recibiría Ani Arrieta en su trabajo y que, al parecer, no habría caído bien en algunas personas.

En todo caso, los investigadores judiciales continúan desarrollando labores de campo y entrevistas, por lo cual no descartan otras hipótesis.

EL CRIMEN

Un testigo presencial del hecho relató que eran las 8:20 de la noche del martes cuándo dos sujetos en una moto llegaron a la vivienda ubicada en la carrera 9C con calle 38B, barrio La Alboraya.

Los criminales la llamaron, al parecer, por su nombre, y ella se asomó por la ventana del segundo piso y luego bajó.

Cuando iba llegando a la puerta, notó la actitud sospechosa del criminal e intentó retroceder, pero este fue más rápido y le propinó dos disparos certeros en el tórax.

Ani se llevó las manos al pecho, caminó hacia adentro de la vivienda y después de dar dos pasos se desplomó.

Los asesinos se marcharon en la moto que, según el testigo en mención, llevaba la placa rayada, de tal manera que no se lograba distinguir.

Un vecino, también médico, se percató de lo sucedido y llevó a la mujer en su vehículo hasta la Clínica Campbell, donde se produjo su deceso minutos más tarde.

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