5 julio, 2024

Exclusivo | Cotejo balístico, clave para identificar a uno de los sicarios de la masacre en El Santuario

Fallecidos y heridos del hecho de sangre perpetrado en El Santuario.

La del 29 de enero del presente año fue una noche aciaga para Barranquilla. El Junior sacó en casa un empate con tinte de derrota y unos hinchas que se apostaron a las afueras de la ‘Tienda y Estadero La 8’, en el barrio El Santuario, terminaron masacrados a las 9:05 de la noche, mientras observaban el epílogo del partido entre su equipo y el Deportivo Independiente Medellín.

Los finados de aquel fatídico suceso fueron identificados como: Ronald José Zabala Sarmiento, cobradiario; Ever José Lezama Melgarejo, estudiante de ingeniería mecánica; Hanner Andrés Guevara Correa, cobradiario; y Reinaldo Javier Orozco Picalúa, patrullero de la Policía Nacional, todos de 24 años de edad.

También resultaron heridos: María Alejandra Martínez Hidalgo, dedicada a los oficios varios, de 23 años; Valentina Sulay Matos Barraza, promotora de ventas, de 22 años; Emanuel de Jesús Cabeza Ahumada, creador de contenido, de 26 años; Daniela Andrea Ríos Rueda, coordinadora comercial, de 23 años; y Brayan Javier De Oro Manga, conductor de InDriver, de 31 años.

Asimismo, fueron alcanzados por los proyectiles dos adultos mayores, vendedores ambulantes, que se acercaron a ver el partido en el establecimiento comercial. Ellos son: Daniel Andrade Palomino, de 65 años, y Pedro Antonio González Muñoz, de 77.

Pasaron siete meses en los cuales un grupo élite interdisciplinario, liderado por la Fiscalía Segunda Especializada de Barranquilla en trabajo conjunto con miembros de la Dijín, la Sijín Metropolitana y el CTI de la Fiscalía General de la Nación, recopiló un robusto material probatorio que señala que uno de los sicarios partícipes en este hecho de sangre, que enlutó a cuatro familias, presuntamente, responde al nombre de Luis Miguel Cotes Alarcón, conocido con el alias de Chicho.

LOS TRES CRÍMENES

La investigación de la Fiscalía y el equipo especializado que se conformó para esclarecer este hecho, da cuenta que en los barrios La Cumbre, Cevillar y El Santuario, en la semana comprendida entre el lunes 23 de enero hasta el domingo 29 de enero de 2023, Luis Miguel Cotes Alarcón, al parecer, concertó con miembros de la banda delincuencial Los Costeños, al mando de alias Castor, y perpetró unos homicidios con vehículos y armas de esta empresa criminal.

“Su función dentro de la organización consistió en actuar como sicario y ejecutar acciones violentas con proyectil de arma de fuego que le costaron la vida a seis personas, entre ellas una mujer, y quedaron lesionados nueve adultos, tres de ellos adultos mayores”, detalló la Fiscalía en sus pesquisas.

Planeada la acción criminal, el 23 de enero del presente año, se perpetró el primer crimen. En la carrera 43 con calle 87, barrio La Cumbre, en el norte de Barranquilla, fue asesinado al interior de un taxi Luis Enrique Martínez Rocha, de 28 años, alias Huevo Tussi, según las autoridades, también miembro de Los Costeños. Su acompañante, Carlos Rodolfo Campos Bohórquez, resultó herido.

Continuando con lo concertado, dos días después, el 25 de enero de 2023, en la carrera 14 con calle 56, barrio Cevillar, fue asesinada a quemarropa Roxana Carolina Ortiz Ortiz, de 32 años, quien fue citada al lugar, presuntamente, por miembros de la banda delincuencial Los Costeños, para segarle la vida.

De acuerdo con el testimonio de una fuente que aportó información relevante a la Fiscalía, alias Chicho había manifestado que “los patrones habían ordenado matar a Roxana Carolina, porque se estaba quedando con una plata de la venta de la droga que es de Los Costeños”.

“Esa ‘pelá’ no tenía murga con nadie, solo se ponía a vender droga, pero como quedó mal con los patrones le dieron la orden a Chicho de matarla”, aseguró la fuente.

CÓDIGO ROJO tuvo acceso al video de seguridad en el que se observa cómo, presuntamente, alias Chicho, asesinó a Roxana Ortiz.

MASACRE EN EL SANTUARIO

Tan solo cuatro días después del homicidio de Roxana, el domingo 29 de enero de 2023, a las 9:05 de la noche, presuntamente, Luis Miguel Cotes Alarcón, alias Chicho, en compañía de otros sujetos, arribó al establecimiento comercial de razón social ‘Tienda y Estadero La 8’, ubicado en la carrera 8 con calle 52, barrio El Santuario.

En el sitio se encontraban unas 50 personas, aproximadamente, viendo el partido de Junior. Uno de los sujetos que lo acompañaba caminó hasta la parte de adelante, cerca al televisor, donde se encontraba Ronald José Zabala Sarmiento y abrió fuego en su contra, dejándolo muerto de inmediato.

Acto seguido, alias Chicho disparó al resto del grupo de amigos acabando con la vida de Ever Lezama, Hanner Guevara y Reinaldo Orozco. Este último, patrullero de la Policía Metropolitana de Barranquilla.

CÓDIGO ROJO conoció que Ever Lezama, pareja sentimental de una de las hijas del propietario del establecimiento, tenía contemplado ir con ella al estadio. De hecho, ya tenían las boletas compradas, pero a eso de las 3 de la tarde llegaron sus amigos y los convencieron de que vendieran las entradas y se quedaran todos en el establecimiento a ver el partido.

De igual manera, este medio también supo que Hanner Guevara no se encontraba en el lugar compartiendo con el grupo de amigos, pero Ever le escribió vía WhatsApp y le pidió que llegara al establecimiento. Una hora y media después de haber llegado, fue ultimado a balazos junto a su colega.

Alias Chicho, tras la ráfaga de disparos, se subió en la motocicleta en la que era esperado por otro miembro de la organización criminal y, al ver que varios de los presentes corrían hacia donde él, abrió fuego nuevamente mientras se daba a la huida, hiriendo a más personas.

COMPARACIÓN BALÍSTICA

Tras una ardua labor de las autoridades por esclarecer este fatal suceso y luego del ofrecimiento de una recompensa, primero, de 80, y luego de 100 millones de pesos, la Fiscalía logró recopilar algunos testimonios de sobrevivientes y testigos del hecho, las necropsias médico-legales de los fallecidos, declaraciones de informantes, un retrato hablado, un reconocimiento en álbum fotográfico, cotejos morfológicos e interceptaciones telefónicas.

Con esos elementos de prueba y bajo la premisa de que alias Chicho habría participado en los tres hechos sicariales que dejaron seis víctimas mortales, el grupo investigativo realizó una comparación balística de las vainillas incriminadas calibre 9×19 milímetros halladas en las tres escenas del crimen.

Los resultados, por supuesto, despejaron las dudas de las autoridades, pues se confirmó que “se aprecian características microscópicas de identidad comunes en periferia del fulminante, estableciendo uniprocedencia. Es decir, las tres vainillas objeto de estudio, analizadas en este peritaje, fueron percutidas por la misma arma de fuego compatible con el calibre 9×19 milímetros (las balas de los tres hechos sicariales salieron de la misma pistola)”.

Contando con este y otros elementos materiales probatorios, la Fiscalía Segunda Especializada de Barranquilla decidió imputarle cargos, el pasado jueves 31 de agosto, a Luis Miguel Cotes Alarcón, alias Chicho, como coautor de los delitos de homicidio agravado (cuatro occisos) en concurso con el delito de homicidio agravado en grado de tentativa (siete heridos).

Asimismo, le imputó en calidad de autor los delitos de tráfico, fabricación o porte de arma de fuego y/o municiones, y concierto para delinquir con fines de homicidio. Dichos cargos no fueron aceptados por Cotes Alarcón.

Es pertinente aclarar que este sujeto ya se encontraba privado de la libertad en establecimiento carcelario por el delito de fuga de presos. Lo anterior, teniendo en cuenta que había sido condenado a 19 años de prisión por el homicidio de Aridez Antonio Benítez, ocurrido el 26 de marzo de 2014, en el barrio La Gloria, suroccidente de Barranquilla.

El 5 de abril de 2014 fue capturado por este hecho y el 20 de octubre de ese mismo año se dictó sentencia condenatoria por parte del Juzgado Sexto Penal del Circuito con funciones de conocimiento.

Sin embargo, 7 años y 11 meses después, es decir, el 20 de septiembre de 2022, un juez le otorgó el beneficio de prisión domiciliaria, que habría respetado por poco tiempo. Este, al parecer, siguió cometiendo hechos punibles, como los tres crímenes en mención, y por eso fue asegurado nuevamente en una cárcel.

LA EXTORSIÓN

Finalmente, asalta la duda de cuál fue la causa por la que se cometió la masacre en el barrio El Santuario. El grupo élite investigativo conformado para este caso, considera como principal hipótesis que habría sido producto de la resistencia del propietario del establecimiento comercial a pagar la extorsión de la que venía siendo víctima.

De hecho, un mes y 12 días antes, es decir, el 17 de diciembre de 2022, al celular de uno de los administradores del establecimiento llegó un mensaje de WhatsApp que decía:

“Buenas tardes. Se comunica Ober Martínez, líder de Los Rastrojos-Costeños. Llegamos a su tienda y estadero de una manera formal exigiendo la suma de 3 millones de pesos. Usted dirá: ¿si plata o plomo?… Ya que en cualquier domicilio le dejo un trabajador muerto. ¡Usted decide!”.

Según informó dicho comerciante a la Fiscalía, los mensajes se tornaron cada vez más incisivos e intimidantes, por lo cual procedió a consignarles 500 mil pesos por Nequi. Días después les volvieron a exigir la suma de 300 mil pesos y luego 100 mil pesos. Pero, los administradores del establecimiento optaron por destruir la Sim Card y cortar la comunicación con los extorsionistas.

A los días siguientes se registró la masacre y desde entonces este establecimiento comercial no ha vuelto a recibir las visitas concurridas de clientes. Pero, lo peor no es eso. Lo más frustrante para esta familia de comerciantes es que la ‘Tienda y Estadero La 8’, según fuentes de entero crédito, sigue recibiendo llamadas extorsivas.

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